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El llamado urgente del Hogar de Cristo: "Necesitamos mascarillas para salvar vidas"

  • Martes 31 de marzo de 2020
  • 09:14 hrs
  • Autor: Cecilia Marín

Ocho mil mascarillas diarias requieren los más de 1.500 trabajadores de trato directo que atienden a la población residencial de la fundación en 144 programas en todo Chile. Esto para no contagiar a esas casi 4.500 en personas mayores, con discapacidad mental y con experiencia de vida en calle que atiende hoy en cuarentena; el pedido de ayuda urgente es a las autoridades.

En Chile, ayer supimos del contagio de tres adultos mayores y de una cuidadora en una residencia de adultos mayores en Puente Alto, lo que podría ser el comienzo de una tragedia. Hoy se sabe que otros 6 habitantes de ese establecimiento de larga estadía dieron positivo al Covid-19. De los 7 muertos informados hasta ahora en el país: 6 de los 7 eran adultos mayores con graves enfermedades preexistentes; y uno, un hombre que vivía en Santiago, tenía 64 años.

Es esencial –literalmente de vida o muerte– que el virus no entre a los lugares donde esta población de alto riesgo está en cuarentena. Hay que protegerlos a como dé lugar. Y en esa defensa férrea son esenciales elementos sencillos pero tan escasos y preciosos en estos días, como las mascarillas.

Mireya es una de las casi 4.500 personas de alto riesgo que están en cuarentena en nuestras residencias.

Hogar de Cristo atiende de manera residencial a casi 4.500 personas en situación de extrema pobreza y vulnerabilidad, en 144 programas a lo largo de Chile. Hoy todos en cuarentena. La mayoría corresponde a población de alto riesgo frente al coronavirus: adultos mayores, hombres y mujeres con discapacidad mental, personas en situación de calle, condiciones que los vuelven particularmente sensibles al contagio y al peligro inminente de enfermar y morir, dado que  actualmente no contamos con los materiales de protección e higiene necesarios, como mascarillas, guantes, alcohol gel, entre otros.

Paulo Egenau, director social nacional de la institución, explica: “El mercado nacional está desprovisto de estos insumos, lo que nos ha impedido adquirirlos con la premura que necesitamos. Todos nuestros esfuerzos están centrados en revertir esta situación a la brevedad, buscando alternativas de compra también en el mercado internacional. Sin embargo, todo este empeño ha sido inútil.  Por eso es que pedimos con urgencia a las autoridades públicas nos apoyen en resolver esta crítica situación”.

En concreto, para que nuestros los más de mil quinientos trabajadores/cuidadores atiendan de manera segura a esa frágil y sensible población impidiendo que se contagie, se requieren con urgencia ahora 8.000 mascarillas diarias, 4.572 pares de guantes diarios,  1.524 trajes de aislamiento, 9.144 más visores desechables y cerca de 800 litros de alcohol gel. ”Todo esto para impedir que sean nuestros propios trabajadores de trato directo los que se conviertan en vectores de la pandemia dentro de hogares y hospederías, tal como ha sucedido en residencias de adultos mayores en España, donde la mortandad por contagio en estas poblaciones ha sido dramática”, sostiene Paulo Egenau.

“Cuidémonos para cuidarlos”, esa es nuestra divisa y el mensaje es claro: la seguridad y protección de los trabajadores es clave para proteger a los acogidos

Efectivamente, basta que un adulto mayor se contagie para que se produzca lo que los expertos llaman un cluster; es decir, un brote en racimo, como ha pasado en Madrid, donde una mañana amanecieron 16 adultos mayores muertos en una residencia, situación que se ha seguido repitiendo. Sucedió en Kirkland Life Care Center, una residencia ubicada en los suburbios de Seattle, en el estado de Washington, donde surgió el primer brote en racimo. Cerca del 60% de los residentes dio positivo por Covid-19 y un cuarto de los contagiados falleció.

“De todos, de nosotros y del apoyo que nos presten las autoridades, depende que estas dramáticas experiencias no se repitan en Chile”, concluye el director nacional del Hogar de Cristo.

DONA FONDO DE EMERGENCIA COVID-19